|     
									
									
									26
									de junio de 2013 - 
									
									
									El queso Parmesano siempre ha sido, a lo 
									largo de la historia, una expresión de su 
									tierra natal y de Italia en general. El 
									nacimiento de este queso está vinculado a 
									las intensas actividades agrícolas y de 
									saneamiento del suelo de los monasterios 
									cistercienses y benedictinos en la llanura 
									de Parma y Reggio Emilia, una actividad que 
									dio lugar al desarrollo de las grancie 
									(granjas, del francés grange), 
									fincas donde se comenzó a difundir la cría 
									de vacas útiles para el trabajo en el campo y la 
									producción de leche. 
									
									Así comenzó una producción de queso que fue 
									posible también gracias a la disponibilidad 
									de sal procedente de Salsomaggiore y fueron 
									precisamente los monjes los primeros 
									productores de Parmigiano-Reggiano, 
									impulsados por la búsqueda de un queso que 
									debía tener una característica muy especial: 
									poder conservarse en el tiempo. Lograron 
									conseguir este resultado secando la pasta y 
									aumentando el tamaño de las formas, lo que 
									permitió la conservación para poder 
									transportar el queso hasta destinos muy 
									lejanos de la zona de producción, 
									característica que ha permitido que el 
									Parmigiano llegue a todo el mundo, 
									convirtiéndose en una de las expresiones más 
									conocidas del Made in Italy agroindustrial. 
									 
									
									Queso Parmesano (Parmigiano-Reggiano) 
									expuesto en un supermercadode la zona de Santa Fe en la Ciudad de 
									México (Foto: Alessandra Barzizza).
 
									
									La primera evidencia de la comercialización 
									del queso Parmesano es del siglo XIII, en un 
									acto notarial redactado en Génova en 1254 
									que muestra como, desde entonces, el 
									Caseus Parmensis (queso de Parma) fuese 
									conocido en una ciudad apartada de su área 
									de producción  
									
									Durante el siglo XIV, las abadías de los 
									frailes benedictinos y cistercienses 
									continuaron perfeccionando la técnica de 
									fabricación y así comenzó la expansión del 
									comercio en Romaña, Piamonte y Toscana, de 
									cuyos puertos, especialmente él de Pisa, el 
									queso hecho en Parma y Reggio podía alcanzar 
									también centros marítimos del Mediterráneo. 
									
									La evidencia literaria más conocida es del 
									año 1344: Giovanni Boccaccio en su Decamerón 
									describe la “contrada de Bengodi” y cita una 
									montaña de «parmesano rallado» en la que se 
									hacían rodar «macarrones y ravioles», dando 
									así una indicación de su posible uso en la 
									cocina.En Emilia —durante el siglo XV— la economía 
									se desarrolló con el surgimiento de algunas 
									familias aristocráticas, cuyo poder se 
									basaba en las actividades agrícolas de sus 
									feudos. Los señores feudales y las abadías 
									compitieron para aumentar la fabricación de 
									queso y en la llanura de Parma y de Reggio 
									Emilia la producción se había extendido a 
									cualquier lugar en donde existía la 
									posibilidad de contar con forraje. El tamaño 
									de las formas aumentó, hasta alcanzar el 
									peso de 18 kg cada una. El queso producido 
									en mayo era considerado el mejor (el llamado 
									“maggengo”) y se apreciaba y disfrutaba en 
									casi todos los banquetes del Renacimiento.
 
									
									En el siglo XVI continuó la expansión de la 
									agricultura y del comercio y entre los 
									productos intercambiados el queso jugaba un 
									papel clave. El Parmesano comenzó a 
									expandirse por toda Europa y era común 
									encontrarlo en Alemania, Flandes, Francia y 
									también hay un informe de su uso en España. 
									La formas “para exportación” eran siempre 
									las más grandes. 
									
									El desarrollo comercial y la necesidad de 
									proteger el producto de otros quesos 
									similares, como el de Plasencia y el de 
									Lodi, llevaron al duque de Parma a la 
									formalización de la denominación de origen 
									en un acto del 7 de agosto de 1612. En el 
									documento se definen las ubicaciones en las 
									que tenía que haber sido producido el queso 
									que se llamase “de Parma”: esta fecha marca 
									el comienzo de la historia de la 
									Denominación de Origen, hoy reconocida a 
									nivel europeo y mundial. 
									
									 
									La zona de 
									producción del queso Parmesano (Parmigiano 
									Reggiano).Haz clic en la imagen para descargar el PDF 
									en alta resolución.
 
									
									El Parmesano (Parmigiano Reggiano) a lo 
									largo de los siglos no ha cambiado sus 
									métodos de producción básicos: hoy como en 
									la Edad Media, la producción se lleva a cabo 
									de una manera natural, sin aditivos. 
									
									Sin embargo, a principios del siglo XX, la 
									introducción de algunas innovaciones 
									importantes —todavía en uso, tales como la 
									utilización del suero de leche y el 
									calentamiento a vapor— mejoraron la calidad 
									y cambiaron poco a poco la estructura de sus 
									fábricas. Después, la necesidad de proteger 
									aún más el producto de quesos similares —que 
									empezaban a difundirse en el mercado y se 
									confundían con el original— propició la 
									formación del Consorcio. 
									
									 Los 
									primeros pasos se llevan a cabo en la 
									provincia de Reggio Emilia, en 1928, donde 
									los fabricantes se asociaron para crear el 
									Consorcio voluntario del queso Grana 
									Reggiano. En Parma, por otro lado, los 
									quesos comenzaron a ser marcados con un 
									sello, compuesto por las letras FP (Formaggio 
									Parmigiano) abajo de una corona ducal. Los 
									representantes de las fábricas de Parma, 
									Reggio, Módena, Mantua (a la derecha del río 
									Po), coincidieron acerca de la necesidad de 
									crear una marca de origen para sus quesos y 
									así, el 27 de julio de 1934, nació el 
									Consorcio Voluntario Interprovincial Grana 
									Típico, que adoptó el sello ovalado para las 
									formas que pasaban el control de calidad. 
									Este sello reportaba el año de producción y 
									las iniciales C.G.T. Parmigiano-Reggiano. En 
									1937, la zona de producción fue definida con 
									las fronteras que siguen vigentes hoy, 
									incluyendo también a los territorios de la 
									provincia de Bolonia (a la izquierda del río 
									Reno). Por último, el término Parmigiano-Reggiano 
									se hizo oficial por primera vez en 1938. 
									
									En México se distribuyen muchas versiones 
									fabricadas en diferentes partes del mundo 
									con el nombre de “Queso Parmesano”. Estos 
									productos no cumplen con las características 
									necesarias para obtener la denominación de 
									origen. Es posible, sin embargo, conseguir 
									el Parmigiano-Reggiano original en algunas 
									tiendas de autoservicio y distribuidores de 
									comida gourmet. 
									  
									
									(puntodincontro.mx / adaptación 
									y traducción 
									al español de 
									massimo barzizza)  
									  
									
							 |