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									22 de marzo de 2015
									
									
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									El Ministro de Cultura de Italia, Dario 
									Franceschini, reabrió oficialmente el pasado 
									viernes la Villa de los Misterios de Pompeya 
									después de unos trabajos de restauración que 
									duraron un año. 
									
									«Hoy es un día importante: devolvemos al 
									mundo la belleza y las maravillas de la 
									Villa de los Misterios. Si me preguntan “¿En 
									Pompeya hemos resuelto todo?” Les digo que 
									no, pero si me preguntan “¿En Pompeya se 
									están resolviendo los problemas?” les 
									respondo que sí». 
									
									«Concluimos un año de trabajo importante, 
									extraordinario —añadió el ministro—, y hemos 
									obtenido el reconocimiento de los 
									inspectores de la Unesco que han seguido y 
									han apreciado las obras realizadas este año 
									por la Superintendencia Especial y por la 
									Unidad Gran Proyecto Pompeya. Hoy concluyen 
									tres proyectos, pero hay otros 13 sitios 
									abiertos y 9 licitaciones ya adjudicadas. 
									Durante este año han sido contratadas 85 
									personas para desempeñar varias tareas, se 
									han incrementado los visitantes en 200 mil 
									personas y se preparan eventos culturales 
									sobre Pompeya en ocasión de la Exposición 
									Universal, tanto aquí como en otras ciudades 
									italianas. Dentro de poco, para evitar robos 
									y actos de vandalismo, se pondrá en función 
									un sistema de video vigilancia». 
		 
		Uno de los frescos de la 
		villa. 
									
									La Villa de los Misterios es una edificación 
									de estilo rústico residencial construida en 
									el siglo II a.C. y situada al norte de la 
									antigua Pompeya. Fue enterrada por la 
									erupción del Vesubio en el año 79 d.C. y 
									sacada nuevamente a la luz en el año 1909. 
									Hoy en día es uno de los sitios más 
									visitados en las excavaciones, especialmente 
									por los frescos —inspirados en ritos 
									mistéricos— que se encuentran en el 
									triclinium y que dieron origen al nombre de 
									esta estructura. 
									
									Las pinturas de la villa se estaban 
									degradando bajo la acción continua de hongos 
									y bacterias y un deterioro general estaba 
									afectando también las decoraciones en estuco 
									y los mosaicos de los pisos. El trabajo, 
									llevado a cabo por los restauradores de 
									Giancarlo Napoli y coordinado por Stefano 
									Vanacore, jefe del Laboratorio de 
									restauración de la Superintendencia de 
									Pompeya, fueron supervisados por Grete 
									Stefani, arqueóloga directora de las 
									excavaciones en Pompeya. 
									  
									
									(massimo barzizza 
									/ puntodincontro.mx) 
									  
									
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