13 de julio de 2015
- Una gran pera con cáscara verde obscura y
áspera. El aguacate a primera vista eso
parece, y es una de las pocas frutas frescas
muy ricas en grasas y baja en azúcares
simples. Para ser precisos, es una baya, que
crece en la mayoría de los países
tropicales. México es el mayor productor en
el mundo, en cantidad y calidad, con más de
30% de la cosecha mundial, proveniente
principalmente del estado de Michoacán, de
donde se exporta a Francia, Canadá, Japón y
los Estados Unidos.
Es una fruta
poco conocida en Italia, donde es bastante
caro y difícil de encontrar de buena
calidad. Por lo general se venden sin
madurar, así que hay que adquirirlos varios
días antes de su consumo. Para comprender el
grado de madurez del aguacate, se necesita
ejercer un poco de presión en su superficie.
Si la pulpa justo debajo de la cáscara está
dura, significa que hay que esperar unos
días antes de comérselo. Si cede un poco, la
maduración es la correcta. En caso de que se
vuelva demasiado maduro para ser consumido
en rodajas, puede ser reducido a crema.
Los aguacates
contienen grasas monoinsaturadas altamente
beneficiosas para el corazón. La American
Heart Association explica que ayudan a
reducir los niveles de colesterol en la
sangre, lo que reduce el riesgo de
enfermedades cardiacas e infartos. También
proporcionan nutrientes y ayudan a preservar
las células del cuerpo. Las grasas
monoinsaturadas también son generalmente
ricas en vitamina E, un antioxidante.
Este alimento
también es rico en magnesio y potasio (más
que los plátanos, los kiwis y las fresas),
los cuales ayudan a regular la presión
arterial. Y, además, tiene fibras:
aproximadamente 10 gramos en un aguacate de
tamaño mediano, insolubles al 75% (es decir,
la parte que acelera la digestión) y
solubles en el restante 25% (es decir, la
parte que quita el hambre). Los aguacates se
pueden comer frescos en rodajas, solo o como
acompañamiento de verduras y otros platos
salados, aunque existen combinaciones con
alimentos dulces. Es el ingrediente
principal del guacamole, una salsa
típicamente mexicana a la que se añade jugo
de limón, sal, jitomate, chile, cebolla y
cilantro fresco.
En comercio
existe también el aceite de aguacate, eficaz
en la prevención de los signos del
envejecimiento. Una investigación mexicana
incluso demostró que este tipo de aceite
tiene el poder de controlar algunas
moléculas de oxígeno “malas”, de las que
tienden a destruir las membranas celulares,
las proteínas y el propio ADN. Aparte de su
uso en la cocina, el aguacate puede ser un
excelente hidratante, cura las quemaduras
solares previniendo la irritación cutánea e
incluso ayuda a reducir las arrugas. En este
caso, es posible preparar una mascarilla
mezclando su pulpa con miel y yogurt.
(massimo
barzizza / puntodincontro.mx)
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