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									25 de 
									enero de 2015 
									
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									Existe una creencia generalizada según la 
									cual los “ninis” (personas de edad inferior 
									a los 30 años que no estudian ni trabajan)
									
									[1] representan un fenómeno de 
									degradación de la sociedad contemporánea que 
									lleva a los jóvenes a tomar la decisión de 
									no estudiar ni trabajar. Una especie de 
									reacción autodestructiva ante los 
									irresolvibles retos de nuestro mundo que no 
									dejan esperanzas para el futuro. 
									
									La realidad es que —más allá de estas 
									interpretaciones catastrofistas— la 
									proporción de jóvenes que no estudian ni 
									trabajan es, como varias otras, una buena 
									medida de las dificultades a las que se 
									enfrentan las personas que quieren 
									integrarse al mundo del trabajo. Esta medida 
									puede considerarse como un buen indicador de 
									la evolución y del dinamismo de la economía 
									de un país en forma a veces anticipada con 
									respecto a los datos de crecimiento del PIB, 
									dado que la creación de empleos muchas veces 
									ocurre antes de los reflejos que estos 
									producen en la producción de bienes y 
									servicios. 
									
									La duración y la calidad de la formación que 
									los individuos reciben tiene un impacto en 
									su transición desde la educación al trabajo, 
									junto con los usos y costumbres, las 
									condiciones del mercado laboral, el entorno 
									económico y la demografía. En algunos 
									países, los jóvenes tradicionalmente 
									completan su ciclo educativo antes de 
									empezar a buscar trabajo mientras que en 
									otros, la educación y el empleo llegan a ser 
									concurrentes. Asimismo, en algunos países, 
									hay poca diferencia entre cómo hombres y 
									mujeres jóvenes experimentan sus 
									transiciones de la escuela al trabajo, 
									mientras que, en otras naciones, una 
									proporción significativa de las mujeres 
									jóvenes se dedican tiempo completo a la 
									familia después de salir del sistema 
									educativo y no acceden al mundo laboral. 
									
									La Organización para la Cooperación y 
									el Desarrollo Económico señala en su informe 
									Panorama de la Educación 2015 (“Education 
									at a glance, interim report”, publicado 
									el pasado 19 de enero), que México tenía en 
									el 2013 —año de los datos disponibles más 
									recientes— un 22.3% de jóvenes de entre 15 y 
									29 que no estudiaban ni trabajaban, 
									ubicándose en el quinto lugar dentro de los 
									países de la OCDE con el mayor porcentaje de ninis, luego de Turquía (31.3 %), Grecia 
									(28.5 %), España (26.8 %) e Italia (26.1 %). 
									
									Es importante sin embargo, analizar la 
									evolución de estas cifras desde el inicio 
									del siglo actual. Podemos observar, así, 
									como la dificultad para encontrar trabajo 
									una vez terminados los estudios tiene una 
									tendencia constante hacia la disminución en 
									México —con excepción de un pico registrado 
									en el año 2009— mientras que en Italia se 
									observa un aumento significativo a partir, 
									precisamente, del año 2009. Ese año fue el 
									primero en el que los efectos de crisis 
									mundial originada en los Estados Unidos en 
									el 2008 se reflejaron en estas estadísticas. 
									La economía mexicana, sin embargo, al estar 
									muy relacionada con la estadounidense pudo 
									reaccionar partir del año siguiente a las 
									adversidades mundiales, mientras que Italia 
									siguió la suerte de Europa que aún sigue sin 
									poderse recuperar. 
									
									 
									Fuente: OCDE. 
									Haz clic en la imagen para descargar el PDF 
									en alta definición. 
									
									Es interesante también, en lo que se refiere 
									al entorno de usos y costumbres de estos dos 
									países, observar como la diferencia entre 
									los porcentajes de ninis registrados en este 
									periodo con base en género, refleja una 
									marcada diferencia entre los datos relativos 
									a hombres y mujeres para México (que detenta 
									el récord entre los miembros de la OCDE en 
									este rubro), mientras que en el caso de 
									Italia la brecha de género es casi 
									inexistente. Asimismo, en Italia sólo el 2% 
									de los jóvenes que todavía asisten a clases 
									lleva a cabo actividades laborales (el nivel 
									más bajo entre los países de la OCDE), 
									mientras que en México este porcentaje es 
									cuatro veces más alto (8%). 
									
									 
									Fuente: OCDE. 
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									en alta definición. 
									
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									[1] Nini es un joven que Ni 
									estudia Ni trabaja, correspondiente 
									al acrónimo inglés “neet”, que significa 
									“Not in Education, Employment, or Training”. 
									El término fue utilizado por primera vez en 
									el Reino Unido en 1999. 
									  
									
									(massimo barzizza 
									/ puntodincontro.mx) 
									  
									
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