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									5 
									de febrero de 2015 
									
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									El expreso, la mayor contribución italiana a 
									la cultura mundial del café, es una bebida 
									obtenida por la percolación de agua caliente 
									a presión que pasa a través de una capa de 
									café tostado, molido y prensado. 
									
									Sus orígenes se remontan a 1884, cuando en 
									Turín Angelo Moriondo inventó y patentó la 
									máquina para producirlo. 17 años después, en 
									1901, el aparato fue perfeccionado por el 
									técnico milanés Luigi Bezzera. La patente 
									fue comprada más tarde —en 1905— por 
									Desiderio Pavoni que fundó la compañía que 
									lleva su nombre y comenzó la producción en 
									serie (una máquina por día), en un pequeño 
									taller en la Via Parini de Milán. 
									 
									Cafetera La 
									Pavoni para cafetería, aprox. 1910. 
									
									Han pasado 110 años desde entonces y, con el 
									tiempo, Italia —que no es un productor— se 
									ha convertido en uno de los países más 
									importantes del mundo para la importación y 
									el procesamiento de café verde (tercero en 
									la clasificación después de los Estados 
									Unidos y Alemania) y es también el décimo 
									mercado en términos de consumo per cápita, 
									con el 7.46% del consumo aparente de todo el 
									mundo. 
									
									En los rankings, México —en cambio— aparece 
									como el octavo mayor productor del planeta, 
									pero su nivel de consumo per cápita sólo 
									corresponde al lugar número 69 de la lista. 
									
									
									El éxito de
									Italia en
									los mercados 
									internacionales y 
									en la promoción del 
									consumo interno se 
									debe en gran medida
									al desarrollo de
									las técnicas de
									tostado y a la
									calidad de las mezclas 
									obtenidas, 
									características que 
									han colocado 
									
									
									al 
									país de la bota entre los mejores 
									productores de
									café tostado
									en el mundo.
									Combinar diferentes 
									granos, provenientes de 
									tierras lejanas, se 
									ha convertido en un 
									arte no
									fácilmente
									imitable
									a nivel mundial y
									el expreso, generalmente, 
									se distingue 
									
									
									por la leyenda
									
									
									
									“100%
									Arábica”. 
									
									
									Según los expertos, una mezcla de este tipo 
									debería obtenerse utilizando entre 7 y 10 
									diferentes variedades, a veces incluso 
									repitiendo alguna de ellas, pero con niveles 
									de tostado diferentes, con el fin de 
									conseguir una combinación equilibrada, con 
									buen cuerpo y un bouquet intenso, evitando 
									que prevalezcan los tonos amargos. Los 
									granos que provienen de las plantaciones de 
									los estados de Chiapas, Veracruz, Puebla y 
									Oaxaca se caracterizan precisamente por su 
									dulzura con un toque de acidez. 
									 
									Trabajador en 
									una finca cafetalera del Estado de Chiapas. 
									
									
									Lamentablemente, sin embargo, la cooperación 
									entre México e Italia en este campo —como en 
									muchas otras actividades— se encuentra muy 
									por debajo del potencial real: 4/5 de las 
									importaciones italianas proceden de cinco 
									países productores: Brasil, Vietnam, India, 
									Uganda e Indonesia. México exportó a Italia 
									en los primeros seis meses de 2014, sólo el 
									2% de sus ventas en el extranjero (de las 
									cuales aproximadamente el 70% se envía a los 
									Estados Unidos)
									
									[1] y, con base en las mismas cifras, 
									Italia importó en el mismo período desde el 
									país de los aztecas sólo el 0.04% del total 
									de sus compras internacionales
									
									[2]. 
									
									
									Para consolarse, vale la pena destacar una 
									famosa excepción: el café Lavazza Calidad 
									Oro —según la descripción de su productor en 
									Turín— se basa en una mezcla fruto de años 
									de experiencia que contiene café Arábica que 
									proviene ... ¡también de México! (además, 
									por supuesto, de Brasil, Honduras, Panamá, 
									Colombia y Perú). 
									 
									
									
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									[1] Fuente: Amecafé, Asociación Mexicana 
									de la Cadena Productiva del Café. 
									
									
									[2] Fuente: ISTAT (Instituto Italiano de 
									Estadística) 
									  
									
									(massimo barzizza / puntodincontro.mx) 
									  
									
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