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									27 de agosto de 2014 - 
									
									
									«Quería hacer una película sobre la batalla 
									que cada ser humano lleva a cabo contra su 
									ego». Alejandro González Iñárritu despeja 
									así de inmediato los posibles indicios que 
									su película Birdman puede sugerir con 
									respecto a las muertes que han afectado 
									recientemente al mundo del entretenimiento 
									estadounidense, en específico las de Philip 
									Seymour Hoffman y Robin Williams. «Le pasa a 
									los actores, pero también a los banqueros, a 
									los políticos y a la
									gente común», aclara el director mexicano. 
									 
									
									Alejandro González 
									Iñárritu con su esposa en el Lido de Venecia 
									(Ansa). 
									
									
									Birdman, que inauguró hoy el concurso de la 
									71a edición del Festival de Cine de Venecia 
									en presencia del Presidente de la República, 
									Giorgio Napolitano, relata el drama interior 
									de un actor en decadencia a través de unas 
									vertiginosas (y brillantes) secuencias, 
									filmadas en su mayoría en el interior de un 
									teatro. El protagonista, Riggan Thomson, 
									interpretado magistralmente por Michael 
									Keaton, se comunica continuamente con el 
									espectro de un superhéroe que había 
									interpretado en el pasado: «Nunca me han 
									gustado los superhéroes —dijo Keaton, centro 
									de la atención en el Lido de la famosa 
									ciudad italiana— me interesó siempre más la 
									historia, los libros sobre la Segunda Guerra 
									Mundial. Nunca me impresionaron tampoco las 
									películas de terror, porque no son creíbles. 
									Tal vez la única rescatable fue El 
									exorcista, porque llega a los ganglios 
									descubiertos de mi educación católica». 
									
									
									La película también toca el tema de la 
									obsesión bulímica hacia internet y las redes 
									sociales. «Yo no los uso, tengo cincuenta 
									años y no voy a ponerme a experimentar. El 
									problema es que no hay reflexión y la 
									manipulación es muy fácil», declaró Iñárritu. 
									«Pero no los demonizo». 
									
									
									En la alfombra roja estuvieron —además de 
									los protagonistas de Birdman, Michael 
									Keaton, Ed Norton y Emma Stone— Luisa 
									Ranieri, conductora del Festival y la modelo 
									Bianca Balti. Llegó al Lido también Al 
									Pacino que mañana en la noche participará 
									como invitado de honor en el evento de 
									beneficencia Jaeger-LeCoultre para Emergency. 
									  
									
									(cristina battocletti / 
									ilsole24ore / 
									
									puntodincontro.mx 
									/ adaptación y traducción al español de massimo barzizza) 
									  
									
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