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									31 de octubre de 2014 - 
									
									Con un minuto de silencio y los ecos de 
									protestas a las puertas de la Comisión 
									Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), 
									el gobierno de México compareció ayer ante 
									una audiencia para formalizar su petición de 
									asistencia a esta organización, así como 
									para ofrecer transparencia y certidumbre a 
									las investigaciones que se mantienen en 
									curso para esclarecer responsabilidades, 
									castigar a los responsables y resarcir a las 
									víctimas por los crímenes perpetrados en la 
									localidad de Tlatlaya, en el Estado de 
									México, y de Iguala, en Guerrero. 
									
									«Nos presentamos hoy a rendir cuentas y a 
									reiterar la voluntad del Estado mexicano 
									para proseguir con una investigación 
									imparcial y erradicar hechos de esta 
									naturaleza», aseguró Lía Limón, 
									subsecretaria de Asuntos Jurídicos y 
									Derechos Humanos de la Secretaría de 
									Gobernación. 
									
									La audiencia, en la sede de la CIDH, se 
									convirtió en un acto de reclamo y de 
									reconocimiento por la gravedad de lo 
									ocurrido en Tlatlaya e Iguala, con un grupo 
									de funcionarios del gobierno de México 
									acatando el minuto de silencio que 
									demandaron los miembros peticionarios de 
									distintas organizaciones defensoras de los 
									derechos humanos en México. 
									
									«Ha 
									pasado más de un mes y siguen sin aparecer 
									los 43 estudiantes de Ayotzinapa», 
									reclamaron. 
									
									«El 
									gobierno de México no pretende minimizar la 
									gravedad de lo ocurrido», 
									enfatizó a su vez Limón, al asegurar que el 
									gobierno del presidente Enrique Peña Nieto
									
									
									«no 
									descansará hasta aclarar los hechos». 
									
									La yuxtaposición de imágenes —con los 
									peticionarios acusando al Estado por su 
									responsabilidad en los hechos y los 
									representantes del gobierno de México con el 
									gesto contrito —, marcaron ayer ese abismo 
									que sigue separando a la sociedad civil y al 
									Estado que no ofrece una respuesta 
									satisfactoria ante los reclamos de que las 
									cosas no han cambiado desde el sexenio 
									pasado. 
									  
									
									(massimo barzizza 
									/ 
									
									 puntodincontro.mx) 
									  
									
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