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									5
									de enero
									de 2014 - 
									
									No. El verdadero reto para Giovanni Soldini 
									no es el récord histórico establecido hace 
									un año en la ruta del oro, de Nueva York a 
									San Francisco. Y tampoco lo es la travesía 
									de Ciudad del Cabo a Río de Janeiro que 
									intentará llevar a cabo en los próximos días 
									(la salida fue ayer por la mañana). El 
									desafío real para Giovanni Soldini 
									—navegador oceánico, último héroe italiano— 
									es lograr encontrar, cada vez, el dinero 
									necesario para participar en las regatas. En 
									Italia, y en estos tiempos. 
									 
									
									Esa es la parte más difícil, ya que el resto 
									—las velas, el mar, el viento e, incluso, 
									las tormentas el hambre y el frío— en 
									realidad es poesía. Así que, unas cuantas 
									horas antes de salir hacia Río de Janeiro, 
									contactado por teléfono a bordo de 
									“Maserati” en el puerto de Ciudad del Cabo, 
									Soldini no puede evitar hablar con la 
									satisfacción de lo complicado —y en última 
									instancia, bonito— que fue haberlo logrado 
									también en esta ocasión. 
									
									«La verdad es que yo vendo autos», dice 
									riendo. 
									
									Maserati es su patrocinador. Eso dice en la 
									vela. 
									
									«Sí, pero no es sólo una cuestión de 
									patrocinio. No nos limitamos a enseñar el 
									nombre de una fábrica de automóviles. 
									Nosotros los vendemos. Funciona así: 
									invitamos a los ricos en los puertos más 
									lujosos, los llevamos al mar a dar una 
									vuelta y, cuando regresamos, ellos prueban 
									el coche y —embobados— se lo compran». 
									
									Disculpe, pero... ¿Eso qué tiene que ver con 
									la navegación? 
									
									«Puede parecer que no mucho. Pero no es así. 
									Para empezar, nos permite participar en 
									regatas como la que comienza hoy. Pero, 
									sobre todo, le da un mayor sentido —un 
									sentido que va más allá del deporte— a lo 
									que hacemos. No es una marca cualquiera, 
									créame». 
									
									Pues... eso parece. 
									
									«Pero no es así. Cuando estuve en la nueva 
									planta de Maserati en Turín, sentí 
									escalofrío. Había un montón de gente 
									orgullosa de trabajar allí. Personas que se 
									habían quedado en casa después de un fracaso 
									y que ahora, gracias a una extraordinaria 
									iniciativa de relanzamiento, tienen una 
									nueva oportunidad y la están aprovechando 
									con entusiasmo. Y así, cuando navegamos por 
									el mundo con “Maserati”, no sólo reafirmamos 
									nuestra calidad excepcional como marineros, 
									sino también la de ellos. Y la de su 
									trabajo. Por esta razón, cada vez que vendo 
									un coche me siento muy feliz. Me encantaría 
									que la atención a la calidad y la capacidad 
									de imponer el extranjero el Made in Italy 
									como un producto de excelencia absoluta 
									fuesen imitadas por otras empresas en 
									nuestro país». 
									 
									
									Hablemos de la regata. 
									
									«Es un clásico. Han participado en ella 
									todos los grandes navegantes. Sales de 
									Ciudad del Cabo, donde a menudo hay 
									condiciones violentas, para después rodear 
									la zona de alta presión del Atlántico sur y 
									llegar en frente de Río, donde el clima es 
									un volado». 
									
									¿Cuál es el pronóstico meteorológico? 
									
									«Una fuerte tormenta durante la primera 
									noche, con ráfagas de hasta 60 nudos». 
									 
									5 de enero de 
									2014. Noche dura, pero “sólo” 40 nudos de 
									viento. 
									
									La preparación de la embarcación toma mucho 
									tiempo. ¿Usted estaba allí cuando murió 
									Mandela? 
									
									«Sí, el país se detuvo. Yo quería ir a los 
									funerales, pero fue imposible». 
									
									Será la regata de las Copas del Mundo de 
									futbol. Sale desde la sede de los de 2010 y 
									llega a la del 2014. 
									
									«¡Ah! Con razón nos hicieron firmar una 
									pelota esta mañana. No me había caído el 
									veinte...». 
									
									¿Cuál es el aspecto más hermoso de esta 
									competencia? 
									
									«El espíritu. Se parte de una ciudad mágica 
									y se llega a otra ciudad mágica». 
									  
									
									(marco mensurati / 
									repubblica.it / puntodincontro.mx / adaptación 
									y traducción al español 
									de massimo 
									barzizza)  
									  
									
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