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									18
									de mayo de 2013 - 
									
									Ayer, gracias 
									al interés y a la dedicación del profesor 
									Sandro Cordeschi, docente de Filosofía e 
									Historia, los estudiantes y maestros de la 
									Escuela Preparatoria de L'Aquila pudieron 
									conocer personalmente a Paolo Nespoli, 
									astronauta. Durante una exposición muy 
									concurrida a la que el público participó con 
									entusiasmo, Nespoli narró la trayectoria de 
									empeño y trabajo que lo llevó a acercarse a 
									las estrellas. 
									
									Una vez terminada la preparatoria, entró a 
									la escuela para paracaidistas de Pisa, donde 
									permaneció hasta los 26 años. Se inscribió 
									entonces a la facultad de ingeniería 
									espacial de la Polytechnic University 
									en Nueva York y —una vez terminados sus 
									estudios ahí— fue invitado a una escuela 
									para astronautas en Houston. Siguieron dos 
									misiones espaciales, una de 15 días de 
									duración y otra, mucho más desafiante, de 
									seis meses, formando parte de tripulaciones 
									en las cuales participaban también mujeres. 
									Cada una de estas misiones fue precedida por 
									dos años de duros entrenamientos teóricos y 
									prácticos en centros de adiestramiento de 
									los Estados Unidos y Rusia. 
									 
									
									Paolo Nespoli —astronauta de la Agencia 
									Espacial Europea (ESA)y especialista de la misión STS-120— flota a 
									través de una esclusa de aire
 en la Estación Espacial Internacional, 
									mientras el transbordador Discovery
 se encuentra acoplado en el exterior.
 
									
									Según Nespoli, la curiosidad y la sed de 
									conocimiento son las fuerzas necesarias para 
									llevar a cabo aventuras y viajes de 
									exploración, desde la Odisea hasta nuestros 
									días. Hoy los viajes más difíciles y 
									complejos son los espaciales, o 
									extraterrestres, que se realizan más allá de 
									los confines físicos de nuestro planeta, 
									liberando a sus participantes de la fuerza 
									de gravedad de la tierra para abrir 
									horizontes y metas infinitos. 
									Y 
									así, la palabra 
									
									“infinito” 
									asume el significado de cifras casi 
									incomprensibles para la mente humana o 
									—mejor dicho— comprensibles sólo para un 
									pequeño círculo de iniciados en cuanto a la 
									medición del espacio y el tiempo necesario 
									para recorrerlo. 
									 
									
									Paolo Nespoli, ingeniero de vuelo de la 
									expedición 26/27, posa con Robonaut2,el diestro ayudante humanoide del 
									laboratorio Destiny
 en la Estación Espacial Internacional.
 
									
									Durante la exposición, el astronauta señaló 
									que los viajes al espacio son una inversión 
									para el futuro, no un gasto inútil, porque 
									abren la posibilidad de nuevos conocimientos 
									en la ciencia, la tecnología y la medicina, 
									aplicables en este mundo. En resumen, la 
									exploración del cosmos implica retornos 
									secundarios cuyo valor económico es 
									indiscutible en los campos de la educación y 
									de la política internacional, ya que 
									fomentan la cooperación entre las naciones. 
									
									Las palabras fueron acompañadas por 
									extraordinarias imágenes del interior de las 
									estaciones espaciales y de la tierra vista 
									desde el espacio.Para aquellos que sueñan con participar en 
									misiones por ahora inimaginables, pero 
									posibles en el futuro, cito aquí las 
									conclusiones de la exposición, en las que 
									Paolo Nespoli enumera lo que un candidato 
									debe tener y hacer para lograr su sueño.
 
										
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											Tener: pasión, valor, decisión, 
											sentido de desafío, perseverancia, 
											disciplina, capacidad de entender, 
											incluso, cuando es necesario 
											desobedecer. |  
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											Desarrollar: conocimiento, 
											mentalidad, formación técnica, 
											liderazgo / comunión (habilidades de 
											conducción y de pertenencia a un 
											grupo), ética e integridad. |  
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											Consejos: proceder por pequeños 
											pasos, aprender de los errores, 
											desarrollar la capacidad de 
											autocrítica, no ofenderse, ver 
											siempre hacia adelante, mantener los 
											pies en la tierra. |  
									
									Este último consejo —muy atinado— es, sin 
									embargo, vagamente irónico para quienes 
									quieren experimentar la ausencia de 
									gravedad.El futuro es nuestro, sólo debemos 
									atrevernos a soñar, pensar en cosas 
									imposibles, despertarnos y convertirlas en 
									posibilidades. Y este último consejo es 
									válido para todas las edades, siguiendo el 
									ejemplo de otro gran astronauta, John Glenn, 
									quien completó un vuelo a los 76 años de 
									edad.
 
									  
									
									(emanuela medoro
									/ puntodincontro.mx / adaptación y traducción 
									al español de 
									massimo barzizza) 
									  
									
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