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									15 de abril de 2013 
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									El 28 de junio de 1639 fue una de las pocas 
									ocasiones —antes de su “redescubrimiento” en 
									el siglo XIX— en las que Colón salió 
									temporalmente del olvido. 
									
									Ese día, el matemático Bonaventura Cavalieri 
									escribió una carta de agradecimiento a 
									Galileo Galilei. La misiva comienza con una 
									nota en latín que menciona el «primer hombre 
									que se atrevió a navegar la inmensidad del 
									mar y a adentrarse en el océano». Su escrito 
									parece sugerir que Colón había logrado una 
									hazaña significativa y completamente 
									disociada del “descubrimiento” de América. 
									 
									
									La imagen pública de Colón como explorador y 
									descubridor fue, de hecho, introducida en el 
									siglo XIX y sobre esa base se desarrolló el 
									mito que aún lo rodea, a pesar de que la 
									travesía fue de dificultad moderada y que el 
									navegante genovés, al fin y al cabo, sólo 
									fue a tomar posesión de algunas tierras del 
									Atlántico tropical que habían sido 
									previamente visitadas por otros. 
									
									
									 El 
									verdadero significado histórico de Colón 
									debe, por lo tanto, ser identificado 
									transformando su papel histórico de 
									"descubridor" a "navegante", evocando para 
									este fin el mes de febrero de 1493, cuando 
									demostró ser capaz de hacerse a la mar con 
									éxito sin conocer la longitud y documentó la 
									conexión geográfica de la nueva posesión de 
									Castilla con los territorios europeos de los 
									que había salido. 
									
									La extraordinaria habilidad en el arte de la 
									navegación de Cristóbal Colón —que lo 
									reubica en la historia con una imagen mucho 
									más cercana a la realidad— es el tema 
									central del libro El desafío de Cristóbal 
									Colón, Almirante y Señor del mar Océano 
									(De Ferrari, 247 p.) 
									
									El autor, Giorgio Bazzurro
									
									[1] demuestra, con la ayuda de dibujos y 
									mapas, que las decisiones tomadas por el 
									genovés durante las travesías del Atlántico 
									fueron extraordinariamente acertadas en 
									aquél momento y durante los tres siglos 
									siguientes, situándolo entre las principales 
									figuras de mérito de la navegación oceánica 
									de todos los tiempos. 
									
									Este "cambio histórico" se propone 
									utilizando un nuevo concepto: el holismo 
									náutico, un método que permite la 
									evaluación de los viajes de los siglos 
									pasados, así como comparar los de diferentes 
									épocas. 
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									[1] Giorgio Bazzurro fue Oficial Mayor 
									de la Armada italiana. Ha participado como 
									consultor informático en proyectos de 
									alcance nacional en el sector del 
									transporte. Fue experto en navegación de 
									precisión antes de la llegada de los 
									satélites. 
									  
									
									(giorgio bazzurro / puntodincontro.mx / adaptación y traducción 
									al español de
									massimo barzizza) 
									  
									
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