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									9
									de diciembre
									de 2013 - 
									
									
									Cada año en Italia se mascan 23 mil 
									toneladas de chicles, el famoso producto de 
									origen estadounidense llevado al país de la 
									bota por los soldados del ejercito aliado a 
									finales de la segunda guerra mundial. Según 
									la AMSA —la agencia de higiene urbana del 
									Municipio de Milán— cada goma de mascar que 
									no se desecha adecuadamente requiere un 
									costo equivalente a un euro para su 
									limpieza. Una estimación del Green 
									Management Institute ha calculado que si 
									todos los chicles consumidos en Italia no se 
									desecharan correctamente, el costo de su 
									limpieza ascendería a una cifra superior a 
									los 16 mil millones de euros anuales. 
									Afortunadamente no estamos en esos niveles, 
									pero nadie es capaz de estimar el número de 
									gomas de mascar abandonadas en las calles 
									italianas. El problema estético y económico 
									desaparecería si el mercado substituyera a 
									los chicles tradicionales con Chicza, un 
									producto obtenido de una planta mexicana, 
									100% biodegradable y de origen orgánico 
									certificado. 
									 
									
									
									La principal ventaja de Chicza es, 
									precisamente, la facilidad con la que este 
									producto puede ser eliminado: el caucho 
									orgánico, además de ser biodegradable, es 
									soluble en agua y no adhesivo. Gracias a 
									esta característica, Chicza 
									permitiría a las ciudades italianas ahorrar 
									los enormes recursos que se necesitan cada 
									año para limpiar de las calles y de los 
									monumentos las manchas negras provocadas por 
									los chicles indebidamente desechados y, 
									consecuentemente, no interceptados por el 
									sistema de gestión de residuos. 
									
									
									Chicza, además, ayuda a preservar las 
									selvas de donde se extrae la goma, gracias 
									al trabajo del Consorcio Chiclero. El caucho 
									natural se obtiene mediante métodos que no 
									afectan la salud de la planta, pero que 
									requieren de una cuidadosa gestión del 
									ecosistema que —además de representar una 
									actividad de enorme importancia para la 
									conservación del medio ambiente (protección 
									de la biodiversidad, preservación del agua, 
									defensa del territorio)— ayuda a crear 
									puestos de trabajo para los agricultores 
									mexicanos (hasta la fecha, más de 2,000 
									campesinos están involucrados en el proyecto
									Chicza a través del Consorcio 
									Chiclero). 
									  
									
									(corriere.it / puntodincontro.mx / 
									adaptación y traducción al español de
									massimo 
									barzizza)  
									  
									
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