3
de
septiembre
de 2013 -
Más de 50 mil
jóvenes llegan a Argentina cada año para
aprender el castellano que habla de “vos” ,
el que sabe a mate y canta tango, y que ha
convertido al país en destino
latinoamericano preferido de los estudiantes
de español como lengua extranjera.
Argentina mantiene este título honorífico
desde hace varios años a pesar de que desde
2010 el flujo de alumnos ha decrecido
considerablemente, según un informe de la
Dirección de Asuntos Culturales del
Ministerio de Relaciones Exteriores
argentino.
El país de Borges y Cortázar desplazó del
liderazgo como destino idiomático a regiones
como México o Costa Rica y, a nivel
internacional, sólo España supera a
Argentina en recepción de estudiantes.
El aprendizaje del castellano experimentó un
crecimiento explosivo a partir del 2003,
después de que Argentina atravesara una
grave crisis económica (1999-2002) que
depreció el peso y la convirtió en un
destino muy barato gracias a la diferencia
cambiaria.
Sin embargo, la tendencia se ha invertido:
en 2012 Argentina recibió un 40 por ciento
menos de alumnos que en 2010, año en que se
registró una cifra de 70.000 alumnos, según
los datos de la Cancillería argentina.
Profesores y asociaciones de docentes
señalan como motivos de este descenso la
elevada tasa de inflación del país -que ha
anulado la ventaja económica que suponía
antes venir a cursar español a Argentina- y
la crisis económica global.
«Antes había muchos alumnos, ahora a duras
penas se completan los cursos. En todas las
escuelas se nota mucho la diferencia, muchas
cerraron» , dijo Malena Lapacó, quien
enseña español a extranjeros en el Centro de
Idiomas de la Universidad de Buenos Aires
desde hace siete años.
El estudiante de español en Argentina es
mayoritariamente joven, de entre 19 y 26
años, viajero temporalmente en
Latinoamérica.
Las procedencias más repetidas son Estados
Unidos, Canadá, el norte de Europa, Gran
Bretaña, Francia y, cada vez más, de Brasil.
Buenos Aires es el destino más escogido pero
ciudades más pequeñas como Córdoba, La
Plata, o Rosario también aspiran a ser el
destino del aprendiz de castellano.
«En Buenos Aires, al haber muchos
descendientes de españoles e italianos, hay
una cultura más europea, dentro de que
estamos en Latinoamérica» , apuntó Lapacó, y
añadió que los estudiantes se ven muy
atraídos por la fama y la intensa vida
cultural de la capital.
A
pesar de la disminución de la cantidad de
alumnos, el número de profesores de español
sigue creciendo año a año.
«Por un lado, hay una visibilidad mayor de
la enseñanza del español como salida laboral
y, por otro, el aumento de extranjeros
provocó que hubiera mucho trabajo y se
crease una nueva área profesional» , explicó
Claudia Fernández, presidente de la
Asociación Argentina de Docentes de Español.
Más de 200 centros educativos ofrecen clases
de español para extranjeros en Argentina,
sin contar con los docentes que prestan este
servicio de forma particular.
Desde la Cancillería argentina se apuesta
por promocionar el castellano argentino a
través del Certificado de Español, Lengua y
Uso (CELU) , un examen oficial del idioma
avalado por el Ministerio de Educación y
diseñado por un consorcio de universidades
del país.
«Existe ya en varias ciudades de Brasil y
este año se va a tomar en Italia. En
Alemania se da desde hace más de cuatro años
y hay conversaciones entre universidades de
Tailandia y el CELU, para que empiece haber
pruebas del examen en Asia» , explicó
Luciana Velloso, de la Dirección General de
Asuntos Culturales de la Cancillería
Argentina.
Desde Buenos Aires se fomenta el castellano
con gramática y acento argentinos, pero los
profesores a menudo se encuentran con
alumnos que han aprendido la variedad más
“ibérica” del español, la del “tú” y el
“vosotros” .
«Acá se enseña el español de acá, los libros
tienen el vos y el vocabulario porteño pero,
obviamente, el que aprendió algo antes lo
puede utilizar» , dijo la profesora Lapacó.
Lejos de ser un problema, los estudiantes le
toman el gusto rápidamente a hablar “de vos”
.
(efe / puntodincontro.mx
/ adaptación y traducción al italiano de
massimo barzizza)
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