ITALIA EN MÉXICO
 

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22 de enero de 2019 - En el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México se puede observar la obra de varios escultores italianos, algunos muy destacados. Éstos a través de su estatuaria dejaron una muestra del arte que en Italia se estaba desarrollando a caballo del siglo XIX y el siguiente. Vayan estas líneas para darlos a conocer.

En un principio, el arquitecto Adamo Boari, responsable de la obra, planeó contratar escultores de la talla de Auguste Rodin, Leonardo Bistolfi y Paolo Troubetskoy. Finalmente, probablemente por razones económicas y de disponibilidad, escogió a los italianos Leonardo Bistolfi, Edoardo Rubino y Domenico Boni, al español Agustín Querol y al húngaro Géza Maróti.

También, en la realización de la decoración escultórica, el propio Boarí contrató a Fiorenzo Gianetti, quien estuvo trabajando a sueldo entre 1907 a 1919 en los talleres de la obra del palacio y es el autor de las guirlandas, claves, máscaras y florones que decoran la fachada . Las cancelas y bardas perimetrales se le encargaron a Alessandro Mazzucotelli.

Sabemos que Leonardo Bistolfi (1859-1933) —reputado escultor piamontés, máximo representante del simbolismo en Italia, formado en la academia de Brera de Milán y en la Albertina de Turín — remitió desde Italia su conjunto escultórico La armonía, para el tímpano de la fachada del Palacio, con un costo de 96,640 pesos de la época.

El conjunto, a decir de la prensa, fue muy valorado por el rey Víctor Manuel III de Italia, al visitar el taller del escultor en Turín en octubre de 1908 . Unos meses antes, en abril, se había cerrado el contrato entre el gobierno mexicano y Walton, Goody and Cripps Ltd., comerciantes de mármol de Carrara, que preveía el suministro de 4,000 toneladas de ese material para las obras. Una parte fue entregada a Bistolfi.

No se sabe con seguridad si Bistolfi viajó a México en algún momento . Está confirmado, sin embargo, que el Mausoleo de la familia Crovetto en el Cementerio Central de Montevideo y el conjunto escultórico del Palacio de Bellas Artes son las dos únicas obras del artista turinés en América Latina.

Bistolfi también estuvo inicialmente implicado en el proceso que llevó a la elaboración de la estatua de Giuseppe Garibaldi, que hoy se encuentra en la Avenida Chapultepec de la Ciudad de México.

En julio de 1910, miembros de la colonia italiana de la capital mexicana solicitaron al escultor hacer una copia de la estatua del héroe de dos mundos que había realizado para el ayuntamiento de San Remo y traerla a México. Bistolfi, sin embargo, se negó a tal procedimiento, lo que obligó a los colonos a abrir una suscripción de donativos para encontrar otra solución.

Finalmente, fue el escultor César Augusto Volpi, residente en la ciudad, quien llevó a cabo el encargo, elaborando un busto de Garibaldi. La primera piedra del monumento se colocó el 20 de septiembre de 1910 en la plaza Orizaba en la colonia Roma.

Ciudad de México. El busto de Giuseppe Garibaldi se encuentra hoy, casi abandonado, en una pequeña cuchilla entre la Avenida Chapultepec y la calle Guaymas, lugar al que fue trasladado desde la Plaza Río de Janeiro (antes llamada Orizaba) de la colonia Roma, recientemente llevada a la fama por la homónima película de Alfonso Cuarón.

El escultor turinés Edoardo Rubino (1871-1954), uno de los discípulos directos de Bistolfi, se involucró, como su maestro, en el movimiento simbolista. En 1907 se unió al proyecto del Palacio de Bellas Artes gracias a su amigo, el tallista y escultor Luciano Spirito , quien en el mismo período se encontraba en México participando en las obras de cantería y talla de la columna de la Independencia, cuya decoración escultórica había sido confiada al franco-italiano Enrique Alciati.

Al parecer, la participación de Rubino en Bellas Artes se limitó a unas fuentes monumentales en los anexos del Palacio. El diseño de éstas fue pagado, 1835 pesos, por la Secretaría de Comunicación y Transportes en 1909 . Poco antes, en 1907, Rubino junto a Davide Calandra participó en el concurso para la estatua del General Bartolomé Mitre en Buenos Aires, monumento que no vería la luz hasta 1927.

La participación en Bellas Artes de Domenico Boni, nacido en Carrara en 1886, se debe a su papel como colaborador de confianza del escultor catalán Agustín Querol . Boni realizó cuatro escayolas de desnudos femeninos para la firma Triscornia & Heraux , misma que los reprodujo en mármol y los envió en 1909 a la Ciudad de México para embellecer los frontis laterales de la construcción.

En 1910 Boni viajó a La Habana con el fin de participar en un concurso internacional para la elaboración de una estatua ecuestre del General Antonio Maceo Grajales, que fue instalada en 1915. Dos años más tarde falleció en la isla caribeña.

Otro que realizó su encargo sin visitar México —diez bardas y rejas de hierro colado— fue Alessandro Mazzucotelli (Lodi 1865 - Milán 1938), un escultor y decorador que desarrolló su obra en hierro forjado, material con el que consiguió una notabilísima especialización enmarcada en el estilo Art Nouveau. Mazzucotelli recibió el encargo de Boari, quien seguramente conocía su interesante trayectoria desarrollada en gran medida en ciudades del norte de Italia: El encargo mexicano no sería el único proveniente del extranjero en su vida profesional. Años más tarde participó en proyectos en Buenos Aires, Argentina y en Bangkok, Tailandia.

Los ejemplos de Bistolfi, Boni, Gianetti, Mazzucotelli y Rubino nos ilustran sobre las distintas formas de proceder de los escultores italianos. Unos enviaban sus piezas, otros residían en el país donde se realizaba la construcción que debían decorar y, en la mayoría de los casos, estaban vinculados a la comercialización del mármol de Carrara que en esos años tuvo un muy notable auge en toda América Latina.

(martín m. checa artasu / puntodincontro.mx / adaptación y traducción al italiano de massimo barzizza)

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