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29 de diciembre de 2018 - El hecho

Es la madrugada del 26 de diciembre. Las personas regresan a sus hogares después de haber pasado tiempo con sus seres queridos la noche del 25. Uno de los pocos días en que realmente se vive un ambiente sereno, lejos del torbellino del estrés cotidiano. Sin embargo, la noche entre el 25 y el 26 de diciembre de 2018 será recordada por muchos habitantes de Catania.

Son las 3:19. Todo el territorio de la zona del Etna es despertado por un terremoto de 4.9 grados de magnitud. Epicentro a dos kilómetros de Viagrande e hipocentro a solo un km de profundidad. Las áreas más afectadas son Fleri (cerca de Zafferana Etnea), Pennisi, Fiandaca y Piano d'Api (cerca de Acireale). Casas colapsadas y fuertemente dañadas. Coches destruidos. Iglesias sin campanarios y agrietadas.

Iglesia de Fleri.

En Pennisi, en la iglesia Santa Maria del Carmelo, se cae la estatua de San Emigdio, protector de los terremotos. También en Santa Venerina y en las aldeas aledañas a Aci Sant'Antonio hay daños a las viviendas. Ningún muerto afortunadamente. Sólo muchísimo miedo.

El protagonista

El catastrófico evento fue desencadenado por la actividad sísmica y eruptiva del Etna, el volcán activo terrestre más alto de la Placa euroasiática. Según los datos registrados por el Instituto Nacional de Geofísica y Volcanología (INGV), desde la mañana del 24 de diciembre y durante los días siguientes se produjeron alrededor de 1.000 movimientos telúricos.

La causa: la palabra al experto

Pero, ¿qué pasó exactamente? Nos lo explica el geólogo Michele Bongiovanni: «El movimiento fue determinado por un pico magmático que presiona el flanco oriental del volcán, creando un estado de tensión. La lava se introdujo en la falla de Fiandaca, la misma que causó el fuerte sismo de 1984 en Zafferana Etnea. El terremoto fue causado por el violento y rápido ascenso del magma. Sin embargo, mientras que en aquella ocasión sólo se desplazó un sector de la falla, ahora se movió toda. Es el terremoto del Etna más fuerte de los últimos 30 años».

El miedo permanece

Lava y material piroclástico salieron abundantemente del cráter central y de otros orificios, cubriendo muchos automóviles de cenizas. No hay peligro de que un río de lava alcance una altitud baja, pero no se excluye que una boca pueda abrirse a una altura inferior: «Existe la posibilidad» —explica Bongiovanni— «si continúa el pico magmático. El enjambre sísmico ahora se ha atenuado, un síntoma de una fase de declive eruptivo y enfriamiento del magma». Sin embargo, el Etna sigue arrojando humo, una señal de que la situación continúa inestable.

Stromboli y Krakatoa

En la misma semana también ocurrió la erupción estromboliana, tras la del Krakatoa en Indonesia. Sin embargo, el geólogo Bongiovanni no ve relación con el Etna: «Lo excluyo completamente» —afirma— «es sólo una aleatoriedad, los volcanes en cuestión pertenecen a diferentes contextos geodinámicos y tienen sistemas de alimentación separados».

Territorios desafortunados

¿Por qué algunas áreas de la zona de Catania fueron más afectadas que otras? «Desde un punto de vista sismológico, este fenómeno se denomina “efecto de sitio”» —explica el geólogo— «es decir, la forma en que el sitio afecta la propagación de las ondas en la superficie. El resultado de un terremoto no depende de cómo comienza la ola desde el hipocentro, sino de cómo cambia a lo largo de su trayectoria y un factor determinante es el tipo de terreno que se encuentra. El mejor terreno es la roca, litoide, rígida» —continúa Bongiovanni— «mientras que otros tipos de terrenos, como los aluviales, por ejemplo, pueden producir amplificaciones, que son directamente proporcionales a la disminución que sufre la onda según el tipo de subsuelo».

Derrumbe en Pennisi (Foto C.F. Consoli).

«Cuando el período de vibración de una estructura y el del suelo tienden a coincidir, el edificio se desmorona. Un buen diseño antisísmico, explica Bongiovanni, debe tener en cuenta el subsuelo, creando un edificio que tiene un período de vibración diferente al del subsuelo».

«El terremoto de la Ciudad de México en 1985 dejó en claro que el subsuelo y el factor de resonancia son decisivos para la propagación de las olas, ya que claramente algunas áreas de la ciudad resultaron destruidas y otras casi sin daño. Zafferana y Santa Venerina» —concluye el geólogo— «son municipios que tienen una historia sísmica importante, porque están afectados por estructuras tectónicas y conformaciones morfológicas que son perjudiciales».

Rescate y solidaridad

¿Y la población afectada? Son muchos y de diferente índole los que proporcionan ayuda. Fue conformado un equipo de psicólogos del CISOM para brindar consultas psicológicas a quienes reportan estados de ansiedad. Un equipo especial de los “Lupi” de los Carabineros inició un operativo preventivo contra el saqueo. Grupos de la Cruz Roja y de la asociación Misericordia están listos para ofrecer apoyo inmediato. Hay mucha solidaridad entre la población local. El municipio de Zafferana Etnea, a través del alcalde Alfio Vincenzo Russo, agradeció a todos los que proporcionaron alimentos y ropa a las personas desplazadas. Cientos de ellas han encontrado refugio en gimnasios, hoteles y en instalaciones para ancianos.

Literas en el gimnasio de la escuela Galilei de Acireale (foto C.F. Consoli).

«Acondicionamos un gimnasio para dar alojamiento a quienes lo han solicitado» —dice el alcalde de Acireale, Stefano Alì— «y ofrecemos también comidas calientes, no sólo a los residentes locales, sino también a los de otros municipios. Aproximadamente veinte habitantes de Acireale, en cambio, encontraron lugar en un hotel que recibe únicamente residentes de esta zona».

Muchas personas encontraron alojamiento en casa de amigos y familiares, como Katia, de Pennisi. Otros no han salido de su hogar por temor a los saqueos. Giorgio, de Santa Venerina, dice: «Encontré alojamiento en casa de unos amigos, mientras que mis padres prefirieron quedarse en casa por miedo al pillaje». Y hay quienes, como Giuseppe, de Fleri, durmieron las primeras dos noches en el auto: «No tengo a nadie» —dice, conmovido— «aquí nací y crecí y aquí quiero morir. Mi casa está destruida. ¿Quién me la va a pagar ahora?».

¿Quién paga los daños?

Precisamente. Son muchos los que han sufrido graves daños a sus inmuebless. ¿Quién pagará los costos? El ministro del Interior, Matteo Salvini, llegó a Catania y dijo: «Las 400 personas desplazadas tendrán un techo. Me gustaría que, en esta situación, los alcaldes con plenos poderes asumieran la responsabilidad completa, para evitar los pasos lentos de la burocracia, que representan el riesgo más grave del post-terremoto».

De hecho, muchos alcaldes, en particular los de Acireale, Santa Venerina y Aci Sant'Antonio, se movieron inmediatamente para permitir que las personas informen sobre los daños sufridos por sus hogares: «Hemos distribuido en estos días formularios para elaborar un censo de daños a bienes raíces» —explica el alcalde de Acireale, Stefano Alì— «Una vez registrados, estos formularios se entregarán a técnicos calificados para que realicen la inspección en los lugares señalados. En el formulario también se puede indicar la necesidad de hospitalidad, declarando si hay personas con discapacidades en el núcleo familiar. El formato también puede ser descargado desde el sitio web oficial del Municipio, en el cual se creó una nueva sección, llamada “Speciale terremoto”, donde se puede encontrar toda la información y los números de Protección Civil y emergencia médica para la asistencia. Los formularios deben ser entregados en las oficinas de Protección Civil o del Municipio».

Diez millones de euros

En un clima de desaliento, el viceprimer ministro, Luigi Di Maio, estuvo presente en Fleri para infundir confianza a la población: «Declaramos el estado de emergencia por 12 meses» —dijo— «y ya fueron asignados los primeros 10 millones para apoyar a los alcaldes y las autoridades locales en la ayuda a las familias. Con el estado de emergencia todo será más fácil».

No me olvides

¿Será cierto? Ahora uno se pregunta cuánto tiempo tendrá que pasar para que lleguen esos fondos. ¿Será necesario vivir en containers durante años como sucedió en los Abruzos e Irpinia? «Non ti scordar di me» (no me olvides), decía Claudio Villa en una de sus famosas canciones. Es este el sentir que comparten muchas personas hoy desplazada en la zona de Catania.

(massimo barzizza / puntodincontro.mx)

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