16 de agosto de 2017
- Nicolò Amati (1596-1684) fue el miembro más
distinguido de la familia Amati, famosos
fabricantes de violines de Cremona de los siglos
XVI y XVII.
El más célebre de sus discípulos fue Antonio
Stradivari (1644 - 1737) —también conocido con
el nombre latín “Antonius Stradivarius”—
constructor de extraordinarios instrumentos de
cuerda, incluyendo violines, violas,
violonchelos, guitarras y arpas.
En este campo, Stradivari es universalmente
reconocido como uno de los mejores artesanos de
la historia.
Muchos estudiosos han avanzado teorías sobre la
superioridad de sus creaciones, pero los
intentos de identificar un sólo componente como
responsable de la calidad del sonido hasta el
momento han resultado ser insuficientes. Según
algunos, este elemento residiría en la densidad
de la madera, mientras que otros lo atribuyen al
tratamiento químico y otros más apoyan la teoría
de una “fórmula secreta” para el barniz.
La Academia de Arte de Florencia (AAF) de la
Ciudad de México, una asociación que promueve el
intercambio artístico y cultural entre
instituciones italianas y mexicanas, posee un
violonchelo Stradivarius que fue presentado a la
prensa local el 14 de noviembre de 2014, como
adquisición para el patrimonio artístico del
país latinoamericano.
Le pedimos a Fabio Caselli, presidente de la AAF,
que nos contara la historia de este invaluable
instrumento.
«Nicola Amati lo construyó en 1620 como viola de
gamba» —nos explicó Caselli— «y en 1702 Antonio
Stradivari lo convirtió en chelo. Por eso la
placa interna es de Stradivarius y por lo mismo
lleva su nombre. También es conocido como el
“Stradivarius del Vaticano” porque la historia
cuenta que durante casi un siglo fue el chelo
oficial de la Santa Sede y, por esta razón, más
tarde George Chanona, el laudero francés más
importante del siglo XIX, pintó dos ángeles en
el frente y un escudo papal en la parte
trasera».
«Uno de nuestros asociados» —continuó el
promotor cultural florentino— «lo encontró en
Internet a la venta en Nueva York en una de las
instituciones más importantes del mundo que se
ocupan de la venta y mantenimiento de este tipo
de instrumentos: la Fundación Tarisio.
Pertenecía al famoso compositor Philip Glass,
que lo había dado en uso a la violonchelista
estadounidense Wendy Sutter, su compañera. Glass
escribió para este chelo algunas composiciones
que fueron interpretadas por la propis Sutter y
publicadas en CD's».
Después de recibir la confirmación del apoyo
financiero «de un acaudalado empresario
estadounidense y con la participación la
Academia de Arte de Florencia, con recursos de
sus socios mexicanos, llegó a nuestras manos».
A partir de la fecha de la presentación oficial
a la prensa, «ha sido utilizado por varios
músicos mexicanos y extranjeros» —añadió Caselli—
"incluyendo a intérpretes italianos, jóvenes y/o
profesionales. Durante aproximadamente un año,
fue el chelo principal de la Orquesta Sinfónica
Nacional de México.
Michael Nyman, conocido compositor de música
para el cine (El piano, Gattaca, etc. NdR)
transcribió una de sus obras anteriores
especialmente para este Stradivari y piano.
Desde hace aproximadamente un año y medio ha
sido asignado en uso a la violonchelista
franco-suiza Nadège Rochat».
Concierto para violonchelo y
orquesta interpretado por Nadège Rochat con
el Stradivarius del Vaticano de la Academia
de Arte de Florencia (grabado el 18 de mayo
de 2017).