19 de
enero de 2015
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Un triunfo de colores que se mueven a ritmo
acelerado es la esencia de la danza de los
Parachicos, el tradicional evento que
también este año atrajo a miles de personas
a Chiapa de Corzo, una pequeña ciudad del
sureste mexicano.
Los bailarines con máscaras de madera
tallada, sarapes bordados y cintas
multicolores agitan sus maracas mientras
atraviesan la ciudad.
El festival, que en 2009 fue añadido a la
lista del patrimonio inmaterial de la
UNESCO, se repite cada año —del 15 al 23 de
enero— en honor de San
Antonio, San Sebastián y Nuestro Señor de
Esquipulas, aunque sus orígenes están
enraizados en la cultura indígena.
(ansa.it /
puntodincontro.mx
/ adaptación y traducción al español de
massimo barzizza)
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