6 de
enero de 2015
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Angelo Cetto Carli nació en 1900 en Selva di
Levico, Trento (Italia). Se transfirió a
México en 1924 y dos años después se
estableció en la ciudad de Tijuana, en Baja
California, donde compró una vinatería muy
cerca de la frontera, un negocio que
floreció rápidamente con la comercialización
de vinos y destilados, aprovechando la época
de
la “prohibición” (1919-1933) en los Estados
Unidos.
Angelo, sin embargo, quiso empezar a
producir sus propios vinos, inicialmente
adquiriendo uvas de unas familias rusas que
habían migrado al Valle de Guadalupe un
cuarto de siglo antes y habían sembrado vid,
dátiles y otros cultivos, hasta que en 1934
adquirió el Rancho La Escondida, ubicado
entre Tijuana y Tecate, en el que sembró,
entre otras
la variedad Zinfandel (geneticamente
idéntica a la variedad “Primitivo”, típica
del sur de Italia).
La siembra, producción y comercialización
continuaron con éxito y en 1951 Luis
Agustín, segundogénito de Angelo, se
incorporó de manera formal al negocio de
familia, consolidando el cultivo de
varietales en el Valle de Guadalupe, donde
también empezó a sembrar las primeras
variedades finas.
En 1965 se unió al grupo el Ingeniero
Camillo Magoni, enólogo italiano de gran
talento originario de Morbegno (Sondrio). En
aquellos años Luis Agustín adquirió varios
ranchos, con la finalidad de mezclar las
características de las diversas y ricas
tierras del norte del país y lograr elaborar
«los mejores vinos mexicanos». Empezó así el
cultivo a nivel comercial de uvas como
Cabernet Sauvignon, Petite Sirah, Nebbiolo,
Chardonnay, Sauvignon Blanc y Chenin Blanc y
se modernizaron los sistemas de producción y
la tecnología.
En 1972, año en el que falleció Angelo Cetto,
se exportaron por primera vez vinos de esta
emprendedora familia a Los Ángeles, con la
marca Avant Wine. Tres años después, en
1975, Luis Agustín fundó la bodega que lleva
su nombre (L.A. Cetto) en el Valle de
Guadalupe.
La calidad característica de tantos años dio
sus mayores frutos en el año 1983, cuando se
lanzaron al mercado los primeros varietales
de la línea L.A. Cetto que en poco tiempo
fueron apreciados y apetecidos por los
paladares más exigentes. Después de años de
dedicación y sueños cumplidos, en 1983 se
une a esta tarea familiar la tercera
generación: Luis Alberto Cetto refuerza el
crecimiento de la empresa y fortalece la
historia del grupo, contribuyendo también a
la apertura de los mercados internacionales
para los vinos mexicanos, sin dejar de
ampliar el círculo de los consumidores
locales.
Hoy L.A. Cetto es el principal productor del
Valle de Guadalupe y uno de los más
importantes en México, con más de 14
millones de botellas anuales.
(massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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