5 de
enero de 2015
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Doménikos
Theotokópoulos,
más conocido por su nombre artístico de El
Greco, nació en 1541 en Creta, que entonces
formaba parte de la República de Venecia. A
los 26 años se embarcó en un viaje hacia la
Serenísima —habitual meta para el
aprendizaje y el crecimiento artístico entre
los pintores griegos de la época— y se mudó
allí en 1567, probablemente en busca de
nuevas oportunidades de mercado y de
contacto directo con las famosas bodegas de
Tiziano, Bassano, Tintoretto y Veronés.
Durante su estancia en Italia El griego
modificó sustancialmente su estilo,
enriqueciéndolo con elementos del manierismo
y del renacimiento veneciano, inspirados
principalmente en Tintoretto por sus líneas
sinuosas y alargadas, la sensación de
movimiento y el dramatismo de la
iluminación, así como en Tiziano por el uso
del color.
Y es precisamente durante este periodo
cuando Theotokopoulos pintó “La Adoración de
los Reyes Magos”, escena recurrente en los
trabajos de los maestros europeos
renacentistas que da vida a una de las obras
más famosas de esa época, actualmente
conservada y exhibida en el Museo Soumaya de
la Ciudad de México.
María y el Niño Jesús son la figura central
y los tres reyes magos se muestran tanto con
atuendos como con colores de piel
diferentes, alegoría pictórica de los
continentes entonces conocidos.
(massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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