Il tramonto di un sogno

È partito oggi l'ultimo volo dello Shuttle.

 

8 luglio 2011. - «Questa non è semplicemente una gara. Noi andiamo nello spazio perché qualunque impresa l’umanità intraprenda, gli uomini liberi devono fare la loro parte».

Ecco l’immagine con cui John Kennedy ispirò gli americani e li convinse a portare l’uomo sulla Luna. Ted Sorensen, autore di quel discorso pronunciato il 25 maggio del 1961, ha poi spiegato come fosse nata l’idea. I sovietici avevano appena mandato in orbita Gagarin, lo sbarco alla Baia dei Porci di Cuba era stato un fallimento e l’America sembrava perdere colpi. Sorensen era rimasto affascinato dall’ipotesi di rispondere ai guai rilanciando, e quindi aveva proposto la Luna al Presidente: «Lui era l’uomo della Nuova frontiera, e questo era ciò che gli portai».

Cinquant’anni dopo, alla Nasa regna la depressione. Astronauti e scienziati si chiedono se la decisione di fermare gli shuttle, consegnando di fatto le chiavi della stazione spaziale orbitante ai russi, non significhi sancire la vittoria di Mosca nella corsa allo spazio e la fine di un’era. Perché è vero che quelle imprese servivano ad alimentare una industria enorme, finanziare la ricerca che poi produceva invenzioni geniali da usare nella vita quotidiana e saziare l’orgoglio nazionale. Però erano anche un sogno, capace di ispirare una nazione.

 

(paolo mastrolilli / la stampa.it / puntodincontro)

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8 de julio de 2011. - «Esta no es sólo una carrera. Vamos al espacio porque —en cualquier empresa que la humanidad quiera llevar a cabo— los hombres libres tienen que participar».

Esta es la imagen con la que John Kennedy inspiró a los estadounidenses y los convenció a llevar el hombre a la Luna. Ted Sorensen, autor del famosísimo discurso pronunciado por el Presidente el 25 de mayo de 1961, explicó cómo nació la idea. Los soviéticos acababan de enviar a Gagarin en órbita, la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba había fracasado y Estados Unidos parecía vacilar.

Sorensen estaba fascinado por la idea de responder a los problemas de fondo con un relanzamiento del sueño americano y por lo tanto le había propuesto la Luna al Presidente: «Él era el hombre de la Nueva Frontera, y esto fue lo que le llevé».

Cincuenta años más tarde, reina la depresión en la NASA. Los astronautas y los científicos se preguntan si la decisión de abandonar el programa del transbordador espacial, entregando de facto las llaves de la estación espacial a los rusos, no ratifica en efecto la victoria de Moscú en la carrera espacial marcando el fin de una era. Porque, si bien es cierto que estas empresas fueron utilizadas para alimentar a una gran industria, financiar la investigación que produjo invenciones brillantes que se utilizan en la vida cotidiana y satisfacen el orgullo nacional estadounidense, también representaban un sueño que ha inspirado a una nación.

 

(paolo mastrolilli / la stampa.it / puntodincontro)

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