Ecco come sedurre
dopo i 45 anni

"Finalmente libere" è la guida cult:
l'autore spiega le sue ricette.

 

1 aprile 2011. - «Finalmente libere» è il libro cult del momento. Racconta come vivere piacevolmente dai 45 anni in poi e continuare a essere seducenti, eleganti, sicure di sé. L’autore, Antonio Mancinelli, esperto di moda e costume, ci racconta come le donne «45 e più» sopravvivono agli anni che passano.

S’invecchia fuori, ma non dentro: un consiglio per far convivere i due aspetti?
«Come scrive Lella Costa nell’ introduzione del libro - "cambiando il passo". Il tempo che scorre è una realtà con cui scendere a patti amandosi molto. È il periodo in cui ci si può fidanzare con se stesse, coccolarsi con un massaggio, un cioccolatino, un viaggetto, una punturina antirughe».

I ritocchi sono necessari?
«Se fanno stare meglio interiormente, perché no? A patto che siano scelte dettate dalla cura di sé, non dalla volontà di sembrare più giovani a tutti i costi, sarebbe una battaglia persa in partenza. Si deve ricorrere a una chirurgia etica, anziché estetica e cercare di rifarsi il senno prima del seno».

Il corpo cambia e in che modo la moda ci può aiutare per non sembrare troppo «madame» o patetiche ragazzine?
«Accettare che la propria fisicità sia in perenne evoluzione significa aprirsi al cambiamento. Quindi, anche il fatto di giocare con la moda non può cristallizzarsi... sarebbe "fuori moda". Le figlie possono saccheggiare il guardaroba delle mamme, non viceversa. Mai rimpiangere la minigonna, hai già giocato con quei vestiti, ora gioca con altri».

Gli sbagli da non fare?
«Una signora vestita da ragazzina fa un effetto "dietro liceo, davanti museo", antimoderno. Ma non va bene nemmeno credere che tailleur scuro più blusa bianca sia la strada giusta per ripararsi dal ridicolo. Esiste una via di mezzo: elaborare un proprio stile che accetti anche stravaganze nei dettagli, nei colori, negli accessori».

Quali sono i pezzi basici da tenere nell’armadio?
«Dice bene: "basici"t; non equivale a "classici". Gli alleati di stile a ogni età sono: un trench, uno smoking, una blusa chiara da giocare sotto il blazer blu, un tubino nero a metà ginocchio (non sbracciato), un twin set in toni fashion, una gonna diritta e un’altra più morbida. Poi un paio di pantaloni maschili, un caban marinaro. E d’estate i caftani».

Chi sono le donne che invecchiano bene? E quelle da non imitare?
«C’è un sito, Advanced Style, di un fashion blogger, Ari Seth Cohen, che fotografa solo signore molto "anta" e molto chic. È un inno a donne che sanno come dosare anche gli eccessi con ironia. Penso alla musa americana Iris Apfel, alla modella ottantenne Carmen Dell’Orefice o alla "nostra" Anna Piaggi, testimoni di un genere che non tiene conto dei modelli di riferimento imperanti, quanto di icone eterne: Audrey Hepburn, Grace Kelly, Jackie Kennedy. Un’occhiata al blog è confortante, dimostra quanto ci si possa divertire a 45, 55, 65, 75 e più anni con la moda senza subirla. Le donne da non copiare sono le conduttrici della tv, le ricche che vanno in discoteca mostrando molto del loro corpo: è volgare, ricalca sentieri già battuti. È più sensuale una nuca o una spalla nuda che una coscia in bellavista con la cellulite cadente».

Come si seduce dopo i 45?
«Credo che la seduzione sia un atto arbitrario. Si può essere seduttive fino a 80 anni. Certo, cambiano le regole. Se prima bastava mostrare il corpo per attrarre un maschio, adesso c’è il gioco degli sguardi, delle parole. E dell’ascolto. Gli uomini, in questo momento, sono talmente confusi da essere sì, abbacinati dal fondoschiena della ventenne, ma, dopo averla conquistata, si ritrovano a non aver nessuna che li stia a sentire, nessuna con cui condividere esperienze comuni. La seduzione dopo gli"anta", forse, è proprio nella sua apparente negazione: “Io non voglio sedurti (oppure faccio finta di non farlo), non entro in competizione con una cubista. Ma se vuoi ci sono, e ti ascolto, posso discutere con te di politica, sesso, sentimenti”. La bellezza non sfiorisce, cambia. Credo che l'obiettivo sia di farsi dire "Però che fascino quella cinquantenne!” Questo è il nuovo traguardo. Il silicone nelle labbra a canotto non aiuta. L’ironia sì».

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1 de abril 2011. - "Finalmente libres" es el libro "cult" del momento. Explica como vivir bien de los 45 años en adelante y seguir siendo seductoras, elegantes y seguras de sí mismas. El autor, Antonio Mancinelli, un experto en moda y vestuario, nos cuenta cómo las mujeres "de 45 y más" sobrevivir al paso de los años.

Se envejece por fuera, pero no en el interior: ¿Un consejo para fusionar los dos aspectos?
«Como escribe Lella Costa —en la introducción del libro "cambiando el ritmo"— el tiempo que pasa es una realidad con la que hay que llegar a un acuerdo queriéndose mucho. Es el momento en el que se puede volverse novias de sí mismas, mimarse con un masaje, un chocolate, un viaje, un pinchazo anti-arrugas».

¿Los retoques son necesarios?
«Si hacen que una se sienta mejor interiormente, ¿Por qué no? Siempre, por supuesto, que sean decisiones dictadas por el auto-cuidado y no por el deseo de parecer más joven a toda costa, lo cual sería una batalla perdida desde el principio. Se debe recurrir a una cirugía ética más que estética y hay que procurar renovarse el alma antes que los senos».

El cuerpo cambia y ¿De qué manera la moda nos puede ayudar a no parecer demasiado "señoras" o muchachitas patéticas?
«Aceptar que el físico está en constante evolución significa estar abiertas al cambio. Así, también el hecho de jugar con la moda no se puede cristalizar ... sería "fuera de moda". Las hijas pueden saquear el armario de las madres pero no al revés. Nunca extrañen una minifalda, ya jugaron con esa ropa, ahora jueguen con otra».

¿Los errores que no se deben cometer?
«Una señora vestida como una chica produce un efecto "después de la prepa, frente al museo," anti-moderno. Pero no es bueno tampoco creer que un traje sastre obscuro y una blusa blanca sea la manera correcta para escapar del ridículo. ¿Existe un término medio: el desarrollo de un estilo personal que incluya también detalles extravagantes, colores y accesorios».

¿Cuáles son los elementos básicos que hay que tener en el armario?
«Lo dices bien: "básicos"; no es lo mismo que "clásicos". Los aliados del estilo para todas las edades son: una gabardina, un smoking, una blusa clara para combinar con una chaqueta azul, un vestidito negro a media rodilla (no sin mangas), un conjunto de tonos dobles a la moda, una falda recta y otra más suave. Y luego, un par de pantalones masculinos, un chaquetón estilo marinero. Y, durante el verano, caftanes».

¿Quiénes son las mujeres que envejecen bien? ¿Y aquellas a las que no hay que imitar?
«Hay un sitio web, Advanced Style, de un blogger de moda, Ari Seth Cohen, que sólo toma fotos de señoras muy chic. Es un himno a las mujeres que saben dosificar también los excesos con ironía. Pienso en la musa estadounidense Iris Apfel, en la modelo octogenaria Carmen Dell'Orefice o en nuestra Anna Piaggi, representantes de un genero que no toma en cuenta los modelos vigentes de referencia, sino los íconos eternos: Audrey Hepburn, Grace Kelly, Jackie Kennedy.

Un vistazo al blog es reconfortante, demuestra cómo es posible disfrutar a los 45, 55, 65, 75 y más con la moda sin someterse a ella. Las mujeres que no deben ser copiadas son las conductoras de la TV, las ricas que van a la discoteca y enseñan gran parte de su cuerpo: es vulgar, sigue caminos trillados. Es más sensual un cuello o unos hombros desnudos que un muslo al descubierto con celulitis».

¿Cómo seducir a partir de los 45?
«Creo que la seducción es un acto arbitrario. Se Puede ser seductora hasta los 80 años. Por supuesto, cambian las reglas. Si antes era suficiente enseñar el cuerpo para atraer a un hombre, ahora es el turno de los juegos de miradas y palabras. Y del saber escuchar. Los hombres, en este momento, están tan confundidos que ciertamente se deslumbran con los traseros de las veinte añeras, pero, después de haberlas conquistado, se encuentran si nadie que los escuche y sepa compartir experiencias comunes. La seducción después de los cuarenta, tal vez se encuentre precisamente en su aparente negación: "No te quiero seducir (o finjo no hacerlo), no compito. Pero si quieres aquí estoy, te escucho y puedo platicar contigo de política, de sexo, de sentimientos".

La belleza no desvanece, cambia. Creo que el objetivo es que alguien diga "¡Qué fascinante cincuentona!" Esta es la nueva meta. La silicona en los labios no ayuda. La ironía, sí».

 

(lastampa.it / puntodincontro)

 

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