13 aprile 2012 - È il suggello a un percorso tracciato da tempo. Dall'anno accademico 2014-2015 l'intera offerta formativa magistrale (bienni specialistici e dottorati) del Politecnico di Milano sarà data in lingua inglese: dopo la laurea triennale, fine dell'imbarazzo della scelta (vota il sondaggio). Anche gli ultimi corsi tenuti ancora in italiano (nelle magistrali, circa i due terzi) saranno immolati sull'altare dell'internazionalizzazione, la stessa che ha permesso all'ateneo milanese di vedere gli studenti stranieri sul totale degli iscritti passare dall'1,9% nel 2004 al 17,8% nel 2011.

In preparazione al passaggio definitivo, a Milano si investiranno 3,2 milioni di euro per attrarre docenti dall'estero (15 professori, 35 post doc, 120 visiting professor). Gli studenti italiani «avranno, oltre alle competenze più scientifiche, anche un'apertura culturale internazionale. Perché un ragazzo che si affaccia al mondo del lavoro deve abituarsi a lavorare in contesti internazionali», ha spiegato il rettore Giovanni Azzone. E poi, in questo modo, si attraggono «studenti stranieri, un valore aggiunto per il nostro paese. L'Italia ha una forte attrattiva culturale, ma anche una barriera, la conoscenza limitata della lingua: insegnando in inglese attraiamo tutte quelle persone interessate alla cultura italiana». Insomma, dice Azzone, «è indispensabile innovare insieme alle imprese e per farlo è necessario attrarre e trattenere capitale umano di qualità».

Tutti gli insegnamenti in inglese? «Può essere una strada ragionevole per un'università privata, ma non per quella pubblica. Altra cosa invece se viene impartito in inglese l'insegnamento di determinate materie e solo in alcuni corsi» è l'obiezione del linguista Tullio De Mauro. Dalla Luiss alla Bocconi (che nel 2011 ha introdotto la prima laurea in International economics and management), le università private italiane hanno diversi corsi di laurea triennale e magistrale, oltre che master, dove l'inglese è lingua esclusiva di insegnamento.

Ma proprio nelle facoltà economiche e scientifiche, il percorso di internazionalizzazione è tracciato da tempo anche nelle università pubbliche, e non certo solo al Politecnico milanese. Quello di Torino negli ultimi sei anni ha chiuso corsi in italiano per riaprirli in inglese, e tolto tasse a chi li frequenta. A Roma in inglese ci sono corsi di Medicina e Farmacia, oltre che di Ingegneria e ed Economia, come anche a Pavia. E a Bologna: dove in lingua si contano pure lauree magistrali in Agraria, Scienze e Tecnologia, Scienze Politiche. L'elenco è vario, e distribuito lungo lo stivale.

Il Centro Studi della Crui (Conferenza dei rettori delle università italiane) sta preparando una nuova indagine sui corsi tenuti interamente in lingua inglese (lauree di primo e secondo ciclo, dottorati, master, winter/summer school). L'ultima risale al 2007, ma – ammettono gli interessati – citarle sarebbe fuorviante, perché il fenomeno degli insegnamenti in lingua è realmente esploso. E riamane ancora tanta strada da percorrere. Nelle università dei paesi industrializzati la media degli studenti stranieri è del 10%, nel Regno Unito del 20%: in Italia si abbassa al 3,6 per cento.

«L'italiano i ragazzi devono impararlo al liceo – commenta Azzone - pensare di farlo all'università è tardi. Non si può chiedere alle università di insegnare una professione e, nel frattempo, fornire anche competenze di questo genere. Se dovessero fare anche il liceo farebbero male entrambe le cose». Ma i ragazzi italiani, come ha sottolineato una recente indagine condotta dall'istituto Makno, mostrano ancora una bassa propensione al multiculturalismo. "Costringerli" ad affrontare alcuni corsi (solo alcuni, of course) in inglese servirebbe da stimolo ulteriore. E magari – apprendere veramente bene la lingua – sarebbe utile a distinguerla meglio da quella di Dante, e non percepire gli anglismi tecnici come status symbol: l'inglesorum come nuovo latinorum.

 

(ilsole24ore.com / puntodincontro)

 

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13 de abril de 2012 - Se sella una trayectoria trazada por el tiempo. A partir del año académico 2014-2015 el total de las clases de licenciatura de segundo nivel (bienios de especialización y doctorados) del Politécnico de Milán se impartirán en Inglés: después de los cursos de primer nivel con duración de tres años, se pone fin así a la necesidad de elegir (participa en la encuesta). Incluso las materias que todavía se imparten en italiano (en el segundo nivel, casi dos tercios) se sacrificarán en el altar de la internacionalización, la misma que ha llevado la proporción de estudiantes extranjeros del ateneo milanés de 1,9 % en 2004 a 17,8% en 2011.

En preparación para la transición definitiva, en Milán se investirán 3,2 millones de euros para atraer profesores extranjeros (15 profesores, 35 post doc, 120 profesores visitantes). Los estudiantes italianos «tendrán, además los conocimientos más científicos, también una apertura cultural internacional. Un muchacho que entra al mundo del trabajo tiene que acostumbrarse a trabajar en contextos internacionales», explicó el rector Giovanni Azzone.

Y además, de esta forma, se atraen «estudiantes extranjeros, un valor añadido para nuestro país. Italia tiene un fuerte atractivo cultural, pero también una barrera: el conocimiento limitado de nuestro idioma. Al enseñar en Inglés, atraemos a todas aquellas personas interesadas en la cultura italiana». En resumen, dice Azzone, «es esencial innovar junto con las empresas y para ello es necesario atraer y retener capital humano de alta calidad».

¿Todas las clases en Inglés? «Puede ser una decisión sensata para una universidad privada, pero no para un ateneo público. Sería otra cosa si se impartieran en Inglés sólo determinadas materias y en cursos seleccionados» es la objeción del lingüista Tullio De Mauro. Tomando como ejemplo las universidades Luiss y Bocconi (esta última en 2011 introdujo la primera licenciatura en International economics and management), los ateneos privados italianos tienen diferentes programas de licenciatura de segundo nivel y maestría en los que el Inglés es el idioma de enseñanza exclusivo.

Pero precisamente en las facultades científicas y de negocios, el camino hacia la internacionalización se remonta en el tiempo, incluso en las universidades públicas y, ciertamente, no sólo en el Politécnico de Milán. El homónimo instituto de Turín, durante los últimos seis años ha cerrado cursos en Italiano para abrirlos de nuevo en Inglés, eliminando impuestos a los asistentes. En Roma hay cursos en Inglés de Medicina y Farmacología, así como de Ingeniería y Economía, y lo mismo sucede en Pavia. Para no hablar de Bolonia, donde en Inglés se imparten licenciaturas avanzadas en Agricultura, Ciencia y Tecnología y Ciencias Políticas. La lista es larga y se distribuye a lo largo de la bota.

El Centro de Estudios de la CRUI (Conferencia de Rectores de las Universidades italianas) está preparando un nuevo trabajo sobre los cursos impartidos íntegramente en Inglés (licenciaturas de primero y segundo nivel, doctorados, maestrías, cursos de invierno y de verano). El último se preparó en 2007, pero —admitir los protagonistas— sería engañoso basarse en él, dado que el fenómeno de la enseñanza en lengua inglés ha aumentado considerablemente desde entonces. Y queda todavía un largo camino por recorrer. En las universidades de los países industrializados el promedio de estudiantes extranjeros es del 10%, 20% en el Reino Unido: en Italia se reduce a un 3.6 por ciento.

«Los jóvenes tienen que aprender el Italiano en la preparatoria —dice de Azzone— pensar que se pueda hacer en la universidad sería demasiado tarde. No se puede pedir a las universidades que enseñen una profesión y, además, ofrezcan conocimientos lingüísticos. Si tuviesen que cubrir también el programa de preparatoria llevarían a cabo mal ambas tareas». Pero los muchachos italianos, como se señala en una reciente encuesta realizada por el Instituto Makno, aún muestran una baja propensión a la multiculturalidad. "Forzarlos" a hacer frente a algunos cursos (sólo algunos, of course) en Inglés serviría como un nuevo estímulo. Y, tal vez, un buen aprendizaje de la lengua inglesa sería útil para distinguirla mejor de la de Dante y dejar de percibir los términos extranjeros como un símbolo de estatus.

 

(ilsole24ore.com / puntodincontro)